miércoles, 16 de marzo de 2011

Desayuno

De vestido rosa, rosa pálido. Cuerpo delgado, esbelto. Cabellos largos sujetos en la nuca con un moño al tono. Tonos pasteles... La mano izquierda en alto en ademán de perseguir una mariposa por el camino de flores… Rosas, claveles, violetas... La mano derecha sujetando la pollera. El pie izquierdo pisando un montoncito de hojas verdes con florcitas color ladrillo. Las florcitas con formas de campanitas finitas y alargadas ¿Cómo será el tlan tlan de esas florcitas al ser pisadas?
Diminutas piedritas grises en el suelo marcando el camino circundado con arbustos color verde pálido con hojitas luminosas.
Me identifico. Una leve brisa mueve mi vestido y me elevo… La mariposa... La mariposa me rescata y me dirige hacia el sol. Veo el cielo de nubes escasas con formas bonitas... En una se esconde un gnomo que disfruta mi estado... Más allá otra... Es una cara... Una cara barbada sonriendo. Seguro es el dueño de los secretos... Sí, es así. Me guiña un ojo... Se dio cuenta que yo sé... El vestido se engancha en el borde de un helecho pendido de un árbol, me vuelvo, apenas lo toco… se destraba... Desapareció la cara... Se transformó en un oso... El helecho me roza con sus bordes de dientes frágiles... Ahí está, la descubro… Es una vaquita de San Antonio con pintitas rojas… Mis pecas se encienden... Todo brilla bajo el sol de domingo de enero… La vaquita se sube por mi moño, me acompaña en mi vuelo matinal… Le pongo nombre... Se llama Luz...
Me siento en una rosa, suelto mi cabello... Luz se libera... desciende…
- ¿Me pediste el pancito con miel y no lo comés? Dale que se te enfría la leche…
- Se me escapó Luz...
- ¿Qué luz?
- La vaquita de San Antonio, abu...
- Después la buscamos... Ahora comé el pancito


Tomando el desayuno en la taza de porcelana de mi abuela Luisa comencé a volar. Ella me ayudó a trazar mis caminos de fantasía...

6 comentarios:

  1. Hola Hilda, me pareció estar en mi jardín solo
    faltó el jazmín contra el muro y el hada que
    habita en él, solo faltó la niña que se llevó
    una brisa hacia otros lares, y hoy sentado en el banco bajo el añoso roble respiro el viento fresco
    de la tardecita...
    Será que a medida que pasan los años, nos parecemos unos a los otros y los recuerdos son más
    nítidos, o tal vez nos hacemos más nostálgicos.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. ESTÁ LINDO
    BESOS
    Claudio

    ResponderEliminar
  3. LA NATURALEZA A PLENO, QUÉ FELICIDAD!! ME ENCANTÓ EL LUGAR DE LA ABU!!! POR QUÉ SERÁ??? BESO ISA

    ResponderEliminar
  4. Isa, el lugar de las "Abu" es irremplazable por eso te gustó el lugar. Además el hecho de haber estrenado el tuyo hace tan poco le debe dar una dimensión sobrenatural. Si alguna vez tengo ese título podré volar tranquila sin tener que dar explicaciones ya que tendría una buena escusa. Besos

    ResponderEliminar
  5. Gracias Claudio por tus lecturas "a pesar de todo".
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Roberto, en realidad poco importa que pasen los años siempre que tengamos un jazmín, unas mariposas, pájaros, un hada, un banco un roble y la brisa o el viento nos hagan recordar historias o nos motive a crearlas.
    La nostalgia que nos permite expresarnos es positiva siempre.
    Un abrazo, gracias por compartir el jardín.

    ResponderEliminar