Noche de luna llena colgada del pino… Inmóvil
Sentada en el patio con mi jugo de pomelo, observando las infinitas estrellas, dejo pasar el tiempo…
Eso creo, pero no…
El tiempo me deja pasar a mí…
Adelante mujer, observá mis estrellas, jugá con ellas, construí figuras, navegá en mi azul infinito y regresá al más atrás…
Regreso despacito… Ahí están mis amigos, en la última mesa de la izquierda… Porque hasta en la mesa hay que ser claro, transparente… Nuestro reducto, La Paz…
Último pliegue del barquito de papel… Ese con el que me interné en los ríos del alma… Ese que eché en el mar de la mesa, sobre el azúcar derramado, y me sentí libre…
Libre de toda libertad…
Subí a él con el impulso infinito de los años verdes, de las certezas… De la confianza en el camino elegido…
Lo empecé a construir entre carcajadas, subiría por los ríos de América en mi papirola… No tenía bicicleta con motor pero tenía un barco gigante… Corté pequeños rectángulos de servilleta y escribí los nombres de quienes me acompañarían. En el dorso, escribí el motivo que me llevaba a elegirlos…
En un impulso frenético tomé uno de los nombres e hice un bollito…
Fue cuando el barquito tuvo su río… Caudaloso, río de montaña… Corrí al baño… Al cerrar la puerta me vi reflejada en el espejo y sentí el peso del mundo…
Tomé el bollito… Lo abrí… Besé con furia ese nombre y lo tiré al cesto en el preciso instante que entraba Silvia…
- ¿Qué te pasó Negra? Te estamos esperando…
Volví a la mesa, su mirada me quemaba…
- ¿Terminaste con los tripulantes de tu barco?...
Fue cuando volví a escribir el nombre y mentí al garabatear en el dorso, “Para que Silvia siga sonriendo”…
Nos robaron La Paz y con él nuestros juegos, nuestras discusiones, nuestras ilusiones, nuestros amigos…
Doce años después, en la histórica “Marcha Blanca”, encontré a Silvia… El abrazo interminable me indicó que, dentro nuestro, seguíamos siendo las mismas… Comenzamos a recorrer los años no compartidos…
Supe que lo de ella con Alberto duró menos que un café… Que en la noche oscura, él se exilió en México… Que se dedicó a la investigación y sigue trabajando en…
Fuimos a tomar un café… En la visita obligada al baño, no pude menos que mirar el espejo… Ahí, volví a ver la imagen congelada en el tiempo y sentí ternura por aquella mocosita…
Bebo un sorbo de pomelo… Miro el cielo… La luna abandonó el pino. ¿Viajará en un barquito de papel?
Imagen obtenida en la web
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LINDA LA FICCION!!
ResponderEliminarFASCINANTE VER LOS CAMINOS QUE SEGUÍS, ENTRE SORBITOS DE LIMON, Y LA SOMBRA QUE TE ACOMPAÑA SIN NOMBRE
ME ENCANTÓ!!!
ACLARO QUE EL LIMÓN ERA POMELO.
ResponderEliminarBESITOS.
Te lo aclaré lo de ficción, porque sé que buscás "puntas" ocultas de mi vida (como Doña Rosa, siempre preocupada por mis actividades, jaja)...
ResponderEliminarEn este caso fue pomelo, pero al limón no me niego... Sí me niego terminantemente a la gaseosa.
Un abrazo, muchacho "averiguador", gracias
Hilda, preciosa, que texto más bonito, si es que cada vez me gusta más tu espacio, mira, te he dejado un pequeño premio en mi blog: http://encantogitano.blogspot.com/2012/03/premios-y-regalitos.html, pasa por él, un abrazo para ti, y feliz finde
ResponderEliminarMuchas gracias Princesa, sos muy dulce.
EliminarBuen finde, besos
Cuando a Flaubert le preguntaron quién era E. Bovary, respondió: "-C'est moi". Los grandes teóricos del Formalismo ruso, pusieron en caja a los que quieren hacer psi. del arte. La Literatura ES ficción.
ResponderEliminarComparto, "La Literatura ES ficción".
EliminarComo muchos intentan buscar en el escritor o en el "escribidor" las raíces de los textos, es que se hace necesario recordarlo periódicamente.
Puede haber existido un barquito de papel en una mesa de amigos... Existió el robo insolente del "La Paz", sobre esos ejes construí mi relato.
Gracias por pasar
Abrazo
¡La merd!Parecés el capitán del Bounty.
ResponderEliminar¿Porque tengo amotinados?
EliminarYa sabés que no aspiro a puestos en la marina real...
Hermoso relato Hilda, ficción, recuerdos, siempre es en el fondo ficción. Muy bien escrito. Placer
ResponderEliminarGracias Profe, creo que en la relación bloguera se conoce a la gente... ¿será porque no está contaminada con las presencias y las expectativas de cada uno sobre "la persona" del otro?
EliminarUn abrazo
Es posible, no se da siempre, no es una regla, pero hay algo de descarnado en esa relación -cuando se da- que produce ese conocimiento. Y es muy agradable, muy gratificante.
EliminarLas relaciones humanas no están regladas por supuesto, es cuando se da. Tal vez lo presenté como una afirmación contundente.
EliminarQué bien contás las "historias" vividas en el más atrás!!! comparto recuerdos de La Paz, charlas interminables, discusiones empeñadas en arreglar el mundo, ilusiones, utopías, ganas, muchas ganas..... cómo ayuda la naturaleza para hurgar en los lugares más recónditos, siempre que miro la luna me zambullo en recuerdos.... Beso Isa
ResponderEliminarTodos los lugares donde transité me dejaron huellas...
ResponderEliminarLa Paz, es un tema recurrente... Es "la matriz" de nuestra formación -a no olvidar el Buenos Aires- junto con la facu... Pero la facu sin los bares no hubiesen servido de nada!!!! jaja
Abrazo, besos
Un placer visitarte y leerte. Hermoso relato! Pronto regreso!
ResponderEliminarhttp://cuentosdensueno.blogspot.com
http://a212blogspot.com
Gracias Marilyn por dejar tu huella. Pasaré por tu sitio.
EliminarUn abrazo
Muchas gracias Hilda por continuar regalándonos estas conmovedoras perlas de caminos azules y recuerdos recordados. Abrazo enorme.
ResponderEliminarGracias Tango, un gustazo que estés por acá... Quiero estar por allá...
EliminarUn abrazo
Hilda, me gustó la travesía de tu barquito, cuantas
ResponderEliminarcosas vividas se pueden compartir en un pequeño relato, es placentero venir acá y encontrar palabras que me dejan con ganas de volver.
Un abrazo
Gracias, sé que compartís el gusto por los relatos, por eso valoro tu apreciación.
EliminarVolvé tantas veces como quieras... Siempre espero tu impresión.
Un abrazo
Sin dudas uno de tus mejores relatos. Cm he dicho en otros posteos tuyos, esa sensacion hermosa de descubrirte en el otro. Con el aliciente de un encuentro postergado por las contingencias de la vida misma.
ResponderEliminarSaludos Hilda.
Gracias Residente, Me parece que "se te fue la mano".
ResponderEliminarUn abrazo y un buen año de Facu!!
"Ahí, volví a ver la imagen congelada en el tiempo y sentí ternura por aquella mocosita…"
ResponderEliminarEse volver al" más atrás "....da estos resultados.
Cierro los ojos y puedo sentir el olor a café y a utopías deslizándose entre las mesas de "La Paz..."
La literatura es ficción:Si.Pero existió el " robo insolente de la Paz."
Excelente relato.
Un abrazo.
Gracias Carmela por pasar y por entender mis palabras.
ResponderEliminarBesos
Hilda, estas historias nos constituyen, y recuerdan tiempos que aunque lejanos nos ahuellaron para ser quienes somos.
ResponderEliminarCompañeros de sueños, estudios, luchas gremiales, ideas políticas y tantas otras batallas tienen un pedazo de nuestro corazón.
Ponerlo en palabras y compartirlo es decir bien fuerte que si alguna vez fue robada, la Paz está de nuevo con nosotros.
Un fuerte abrazo
Gracias Maece, creo que tenemos La Paz de haberlo intentado... Aunque "La Paz" ya no es lo que fue ¿será porque faltan los nuestros?
EliminarBesos
Marce, disculpá
EliminarHilda es muy bonito para que sea solamente ficción, me parece que tus ojos estaban puestos sobre algún candidato, que no fuè. Un abrazo!!
ResponderEliminarDiego Larry
Toda ficción tiene bases reales... sólo puntitas...
EliminarGracias Larry, beso
No lo siento como una ficción, para mi es parte de mi pasado, quizás porque he vivido al mismo tiempo que vos. Hermoso es texto, lleno pasión. Abrazo
ResponderEliminarEstela Z
Gracias por pasar... además de vivir el mismo tiempo... en algunas cosas somos taaaaaaaaaaaaaaan parecidas.
EliminarBesote