viernes, 30 de diciembre de 2011

Encuentro

“Yo no buscaba nadie y te ví” canta Fito Paez. Es lo que sucedió… Yo no buscaba nadie… Caminaba mi vida por la cornisa invisible de nieblas de otoño, cornisa de desencanto ignorado que con pisadas fuertes trituraba hojas liberadas por el viento.
El ascensor llegó al piso indicado, abrí la puerta y te vi. “Yo no buscaba nadie y te ví”…
Estabas sentado con tu guitarra, ojos inmensos de mirada profunda. Sonrisa apenas esbozada “saliste a saludar”. Mi luna rió de gozo. No necesité hablar, simplemente te miré, me perdí en tu figura que venía hacia mí… Tu andar alegre, tu voz de miel comenzó a entonar una canción. Ahí descubrí tus manos. Simplemente las vi, manos con estilo en cuerdas vibrantes. Vestías un pantalón gris, ¿o beige? Camisa clara con recortes y… ¿Sandalias? No, zapatillas… Sin embargo nadie te vio de zapatillas… La llave de mi imaginación giró dos veces…”El sol se reparte en caras de presidentes… en grandes besos de amor, en dientes, piernas, banderas” Mis ojos se llenaron de colores, alguien se acercó y comentó alguna cosa que no entendí. Dientes blancos, perfectos, tu voz envolvente tocaba mi médula aunque yo no llegaba a descifrar las palabras… No eran necesarias. Tu labio inferior era una abeja en el polen… Tus dedos veloces daban vida a los sonidos esperados. Me subí a los acordes, me elevé al infinito. “No soy ni quiero ser tu dueño”… Era mía tu voz, tu música… Me fui a algún lugar, tu luz incendió mi alma…
-Si vas a la biblioteca apurate que cierra, estás sobre la hora. ¿En qué pensás?
-Sí, claro... En Fito.
Seguí caminando, te dejé allí… Esperando verte después…
Saludé a Daniel con las mismas maneras de siempre, comentamos el libro que devolvía, elegí otro… Tomé valor y le pregunté:
-¿Quién puso esa imagen de Caetano Veloso a la salida del ascensor?

lunes, 26 de diciembre de 2011

Luna llena

Decidida
mido la distancia…
Estiro mis brazos…
Intento.
La atrapo.
Cierro mis puños
la trituro
cubro mi cuerpo
con su polvo…
Negro.
Protejo mi piel de los sueños.
Pero ellos, los muy astutos
al verse
en mi interior
sin salida
me inventan en colores
y tomando los pinceles
limpian mis poros
los lavan con el rocío
de mis ojos…
Cubierta de mi propia sal
me impregno del dorado sol…
Mido nuevamente la distancia
y al verla allí,
colgada del pino,
bendigo mi existencia.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Época de balance… Con perfume de otoño

Con alas desplegadas y el mundo en las plumas creí recibir mi pasaporte al futuro…

Comencé el vuelo altiva,
di con campanarios
dejé grabados, a la intemperie,
nombres e ilusiones.
Descubrí que mi pasaporte
era sólo un papel arrugado
cuando soplaron vientos helados
y muchos de los nombres fueron borrados.
Replegada
incursioné en nuevos desafíos…
En caminos sin huellas,
con la voz de La Negra
el Teatro Abierto de par en par,
y mi cuerpo vibrando,
con la certeza de los no abatidos,
inventé nuevamente la vida
en los reencuentros
con afectos suspendidos.
Los blancos pañuelos me Resistieron,
me caminaron en la Plaza
me regresaron con las primeras brisas de libertad.
En las calles nuevamente
reclamé por justicia y el Nunca Más.
Pregunté qué habían hecho con ellos,
los que quedaron en las campanas
y las flores deshojadas en el Atlántico Sur.
Opté por el medio vaso lleno,
“Ellas” me lo señalaron,
levanté sus banderas.
En la supuesta primavera enfrenté
puntos finales
protegiendo
a quien no debía obediencias
y nauseabundos pactos…
No comí pizza
ni bebí champagne
cuando me entregaron hasta el alma.
Sin vuelta atrás posible,
y el abismo adelante
enfrenté
la decadencia del país que se hundía.
Recibí a los sin nombre
los invisibles,
los que atrasaban hasta en el estómago.
Sin pudor,
me mostraron muertes absurdas
de muchos ignorados
mientras las hélices ascendían
al celeste pintado de rojo
con la sangre de mis hermanos.
Después del vértigo,
y otra vez de luto por vidas sesgadas
que desde Avellaneda
con ojos de niño
aún me miraban
a través de alguna cámara…
Porque la partida…
Porque la partida fue filmada…
Después del vértigo,
digo,
escuché nuevamente hablar de ideales…
Ahora,
en otoño con pleno sol,
sin pinturas ni adornos,
abandonados en el más atrás,
veo brotar mis azaleas,
estallar las rosas multicolores,
talladas sobre espinas,
tras las rejas que,
celosamente me protegen
de los avatares de la vida...
Con respiración profunda
y mirada altiva
con las nuevas flores
compartiendo caminos,
buscando las huellas
en las campanas perdidas,
con perfume de otoño
y sangre encendida
por las calles pobladas
continúo caminando mi vida.

lunes, 12 de diciembre de 2011

A orillas del mar


Acá estoy,
dócil,
inerte,
sin voz…
Triturando mi noche…
Queriendo soñar
tu mirada en mis ojos.
Amaneciendo
como trémula escultura,
a orillas del mar,
besando la arena,
imaginando tu sombra…




Imagen
: Mujer junto al mar
Manuel Baeza

lunes, 5 de diciembre de 2011

Melancólica ternura

Hay en la lluvia
una melancolía infinita
que hace cabalgar mis sueños
en un alazán de fuego…
Sigo hacia el horizonte,
guiada por una extraña luz…
En un palpitar intenso,
mi piel,
que perdió la tersura
de los años juveniles,
florece.
Mis cabellos,
retoman el aire enmarañado
de otrora.
Con el ritual eterno,
y el agua corriendo por mi cuerpo,
libre de pecado,
sintiendo la bendición de mis ancestros,
llego hasta el infinito…
En ese momento,
una inmensa ternura me invade…

Tras el ventanal,
entrelazo fuertemente
mis dedos
abrazando
la taza de café
aún
humeante.

Imagen
: Caballo de fuego
http://ofeliaelfantasma.blogspot.com/2008_09_01_archive.html